"5. Una derecha
anti-inmigrante pero no anti-inmigración que capte un porcentaje sustancial de
los votos en Europa puede ser un instrumento extraordinario para consolidar el
poder económico y político de la élite corporativa en un entorno inestable como
el actual.
6.
Sin embargo,
el mayor riesgo ante el que nos encontramos es el de que esta manipulación del
fenómeno migratorio no se limite al juego electoral sino que sea utilizado por
la élite corporativa para impulsar un salto político hacia regímenes políticos autoritarios
cercanos a lo que podemos calificar como (neo)fascismo".