"3. Lo cierto
es que la distancia entre el discurso mediático y lo que los ciudadanos piensan
–y, cada vez más, dicen- sobre el fenómeno migratorio es creciente. A pesar del
continuo bombardeo comunicativo sobre las bondades del proceso migratorio y la
maldad de su cuestionamiento, los ciudadanos se han ido dando cuenta
progresivamente de que algo tiene que fallar en el discurso políticamente correcto.
De que una ruptura de la cohesión y la estructura social tan impactante como
ésta no podía tener las justificaciones de “solidaridad” o de “utilidad
práctica” que el discurso oficial repetía".