"3.
No es mucho
lo que desde el País Vasco puede hacerse para hacer frente a la caída de la
demanda. Somos un territorio pequeño y económicamente abierto. Dos tercios de
nuestra demanda procede del exterior. A la inversa, impulsar las compras de
bienes y servicios en nuestro territorio beneficia fundamentalmente a
productores de otros territorios. Sólo el impulso de las compras de algunos
tipos de productos y servicios pueden repercutir sustancialmente sobre nuestra
capacidad productiva. Un buen ejemplo de ello fueron las ayudas a la inversión
en maquinaria desplegadas durante la crisis financiera, con una repercusión positiva
significativa sobre nuestro sector de máquina-herramienta.
4.
Sin embargo,
el ámbito en el que sí tenemos una alta posibilidad de actuación es el
financiero. Y en este ámbito es esencial adoptar una posición radicalmente
distinta a la que adoptamos durante la crisis de 2008. Frente a la desidia política
de aquellos años, es esencial asumir como un claro objetivo que ningún
proyecto, ninguna empresa productiva con futuro quede sin la financiación que
necesita. Y ello con independencia de lo que pueda suceder con el sistema
bancario durante los próximos meses".