"4.
Las grandes
crisis son también –en ocasiones- momentos clave para generar cambios políticos
que permitan reformas estructurales. Esas reformas que tanto se prometieron en
la crisis del 2008 y que no se produjeron. El que estas reformas no se hayan
producido hasta ahora no debe sorprendernos, especialmente en la medida en que
son reformas estructurales que afectan directamente a los núcleos de poder real
de Occidente. Núcleos de poder que, lógicamente, no van a autodestruirse salvo
que se les obligue a ello".