Economía Social y Gestión Pública LA AUTOGESTIÓN YUGOSLAVA COMO SISTEMA

Economía Social y Gestión Pública

LA AUTOGESTIÓN YUGOSLAVA COMO SISTEMA

1.     La autogestión yugoslava tiene una relevancia histórica para el Cooperativismo y la Economía Social no sólo como referencia comparativa a nivel empresarial, sino como modelo de empresa enmarcado en un sistema económico diseñado fundamentalmente a partir de la misma.
2.     Si el análisis de las cooperativas suele realizarse a partir de empresas, grupos o agrupaciones concretas de empresas propiedad de los trabajadores, el sistema de autogestión yugoslavo aporta referencias muy directas sobre la articulación de un modelo económico autogestionario extendido al conjunto de la economía.
3.     Es cierto que, desde una perspectiva formal o jurídica, las empresas autogestionadas yugoslavas eran empresas de titularidad pública, aun disponiendo de un nivel de autonomía elevada y creciente. Las consecuencias prácticas de esta diferente base jurídica son evidentes, pero es muy posible que los analistas las hayamos sobrevalorado. Como EKAI Center ha destacado, los impactos macroeconómicos del sistema autogestionario coinciden en buena parte con los esperables de un sistema económico cooperativizado. Tanto en sus virtudes como en sus deficiencias.
4.     El sistema autogestionario yugoslavo, partiendo del soporte fundamental en una estructura productiva constituida por empresas autogestionadas por sus trabajadores, reconocía un papel esencial en el sistema productivo a otro tipo de estructuras. Fundamentalmente:
A.     El sistema financiero, fundamentalmente público
B.     Las comunidades locales, directamente implicadas en el desarrollo económico
C.     Un sistema de microempresas con distintas formas de titularidad, pero fundamentalmente basado en autónomos o pequeños empresarios.
5.     El sistema de microempresas representa un reconocimiento al dinamismo de las pequeñas unidades empresariales de carácter privado. Un reconocimiento habitual en una gran parte de los países socialistas.
6.     La estructura económica yugoslava nos revela la importancia que para los sistemas empresariales autogestionarios tiene el hecho de disponer de un sistema financiero específicamente centrado en el modelo autogestionario.
7.     Tanto el sistema financiero como las comunidades locales tuvieron un importante papel en el impulso promotor e inversor del sistema autogestionario. Se trata de una respuesta lógica ante los problemas que la promoción empresarial y la inversión presentan en el ámbito cooperativo/autogestionario como consecuencia del menor incentivo promotor e inversor, fundamentalmente a efectos de la inversión expansiva.
8.     Este problema estructural del sistema cooperativo pudo verse agravado en las empresas autogestionadas yugoslavas, donde el incentivo inversor también fue relativamente débil a efectos de las inversiones defensivas, en las que las cooperativas suelen ser especialmente activas.
9.      Como contrapunto, el reto de la concentración empresarial y la consecución de economías de escala hubiera necesitado en Yugoslavia –como en cualquier sistema autogestionario o cooperativo- de un contrapunto de inversión pública o capitalista que facilitara el desarrollo de grandes empresas. Este es un reto también pendiente para las cooperativas, que no sólo depende del incentivo inversor sino también de la complejidad de su gobierno corporativo.
10.  Cabe pensar que Yugoslavia hubiera dado otro tipo de solución a este reto de la dimensión empresarial si el propio sistema político hubiese tenido un carácter más centralizado. Sin embargo, la autogestión yugoslava no era sólo empresarial sino también política. Esto llevó a maximizar las competencias económicas de municipios y regiones y a fraccionar la iniciativa empresarial pública. La división cultural y étnica de Yugoslavia favoreció lógicamente este proceso y lo hizo probablemente irreversible.
11.  Muy posiblemente, un impulso económico central complementario de las empresas autogestionadas y de las microempresas, hubiese sido un aporte fundamental a efectos de asegurar un mayor empuje inversor, una mayor creación de empleo cuando ello fue necesario y el aprovechamiento de las economías de escala a través de grandes empresas de titularidad privada, pública o mixta.