1.
El riesgo,
evidentemente, es demasiado alto. Biden apoyó directamente todas las campañas
belicistas de los gobiernos de Obama que supusieron cientos de miles de
muertos. Aunque, en realidad, Biden se debe a un contexto de corrupción
generalizada que hace ciertamente imprevisible a qué intereses, compromisos o
contraprestaciones van a responder sus decisiones.
2.
En lo que
coinciden todos los analistas es en que, lamentablemente, como consecuencia de
la edad y del estado físico de Joe Biden, Kamala Harris será la persona fuerte
del gabinete. Y Kamala Harris es Hillary Clinton. Una verdadera “halcón”. Si la
victoria de Hillary Clinton en 2016 hubiera supuesto un riesgo inminente de
conflicto bélico mundial, no es difícil prever algo semejante a medida que
Harris imponga su influencia en la Casa Blanca, cosa que algunos predicen que
sucederá desde el primer día.
3.
Este
belicismo responde a la misma lógica de fondo de las agresiones militares
estadounidenses de los últimos años: asegurar o recuperar la hegemonía mundial
y, en último término, neutralizar o destruir a las potencias emergentes: Rusia
y China. Siguiendo la doctrina Kissinger “con todos a la vez -y, sobre todo,
con Rusia y China a la vez- no podemos”, todo hace pensar que, esta vez, le
toca el turno a Rusia.
4.
Si esto se
confirma, nos encontraremos con una cierta suavización del enfrentamiento con
países como Irán o China y un endurecimiento –y, probablemente, nuevas
agresiones bélicas- contra países como Siria, Irak, Libia o Rusia.
5.
De cualquier
forma, gracias a los cuatro años de la administración Trump, Rusia y China han
dispuesto de 4 años más para prepararse frente a lo que puede venir en
cualquier momento. Por eso hay que pensar que, a la vez que continúan el cerco
militar de China y Rusia, las agresiones se dirigirán contra otros países. Pero
la oligarquía financiera detrás de Biden y Harris está en una situación
desesperada y dispuesta a todo.
6.
El precedente
de las continuas agresiones de criminales de guerra como los Bush u Obama no
tiene por qué necesariamente repetirse. No hay dos situaciones iguales en geopolítica.
Pero nos enfrentamos al ala más belicista de la oligarquía estadounidense. Todo
es posible y sí, lamentablemente, hay que prepararse para la guerra.