1. La escasez de tiempo libre es uno de los obstáculos fundamentales
para la dinamización de la sociedad civil. En particular, durante las últimas décadas,
parece haber tenido un claro impacto negativo en la dinamización social no ya
la incorporación de la mujer al mercado de trabajo sino cómo se ha producido
esta incorporación. Lo que debería haber supuesto dividir cargas profesionales
y familiares entre hombres y mujeres ha supuesto, en la práctica, añadir 40
horas semanales a la carga de trabajo por unidad familiar. Cuando todos pensábamos
que el desarrollo económico nos permitiría trabajar cada vez menos, en realidad
ha sucedido todo lo contrario.
2. Como consecuencia de esta evolución, los ciudadanos entre 30 y 50
años tienden a acumular cargas familiares y laborales agobiantes, que dejan
poco tiempo libre para la dinamización social.
3. Por el contrario, otros fenómenos sociales permiten a algunos
colectivos una mayor disposición de tiempo para la participación social. En
particular, el retraso en la edad de paternidad y maternidad. O las mejores
condiciones físicas en las que –en términos generales- se llega a la edad de
jubilación.
4. En particular, el tiempo libre dispuesto por jubilados y
pensionistas permite ahora consolidar un ámbito de dinamización social que está
teniendo una importancia creciente en distintos movimientos sociales,
culturales y políticos.
5. Desde la perspectiva de las iniciativas de dinamización social,
este contexto obliga a prestar una especial atención al problema de la
disposición de tiempo libre por parte de los miembros actuales o potenciales.
6. En lugar de simplemente constatar la falta de participación de
amplios colectivos sociales, las iniciativas colectivas de la sociedad civil
deben analizar las posibilidades de activación de los ciudadanos y adaptarse a
las mismas.
7. Si jóvenes y jubilados disponen de más tiempo libre, las
organizaciones deben pensar especialmente en estos colectivos a la hora de
proponer dedicaciones de tiempo significativas a la gestión de la organización.
8. Por el contrario, las organizaciones deben saber reducir los
umbrales mínimos de participación para hacer posible que colectivos con escaso
tiempo libre puedan también participar como miembros, aunque sea con una
dedicación mínima.
9. Finalmente, las organizaciones que aspiren a llegar a amplios
colectivos de personas deben, sobre todo, minimizar el impacto del esfuerzo
necesario para participar en reuniones. Ya sea reduciendo el número de las
mismas, maximizando su eficacia o utilizando cada vez más, dentro de lo posible,
las TICs como instrumento de información y comunicación.