Aplicación del Kurzarbeit
POLÍTICAS DE REPARTO DEL EMPLEO
AUDIO: https://youtu.be/OCHrHpvVLlA
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/zZ4ddNbNTdKxKw
1. Las políticas de reparto del empleo (“work sharing” /
“kurzarbeit”) se basan en la estrategia de reducción del tiempo de trabajo como
instrumento para crear empleo o para evitar despidos en un determinado
colectivo.
2. El concepto es relativamente antiguo y se extendió durante la
crisis de 1929. No obstante, en buena parte, es un concepto implícito de alguna
manera en todas las políticas de reducción del tiempo de trabajo. Estas
políticas tenían como objetivo fundamental mejorar las condiciones de vida de
los trabajadores estableciendo jornadas de trabajo máximas de 12, 10 u 8 horas.
Sin embargo, como consecuencia de la carga de trabajo liberada, estas medidas
producían necesariamente al aplicarse un impacto en la creación de nuevos
puestos de trabajo o en la evitación de despidos.
3. Pero es sobre todo en el contexto de la Gran Depresión en el que
se identificó de forma directa la reducción del tiempo de trabajo con la lucha
contra una situación de desempleo que hacía estragos en todo Occidente.
4. La reducción del tiempo de trabajo como instrumento de lucha
contra el desempleo estructural volvió a plantearse –sin éxito- durante la
crisis financiera de 2008. También entonces, distintos sectores plantearon que
la reducción generalizada del tiempo de trabajo –por ejemplo, a 35 ó 30 horas
semanales- podía ser un excelente instrumento para hacer frente a las elevadas
cifras de desempleo. Sin embargo, estas propuestas no tuvieron apenas eco en
los círculos políticos con capacidad decisoria.
5. Sin embargo, distintos países occidentales han desarrollado
instrumentos políticos de amplia utilización a efectos de la utilización del
reparto del empleo como instrumento para hacer frente a los riesgos de
desempleo en empresas concretas. En concreto, se trata de estrategias de
reducción del tiempo de trabajo en una empresa o grupo empresarial en las
proporciones adecuadas para evitar decisiones de despido para un número de
trabajadores significativo. El despido de un 10% de la plantilla puede evitarse
reduciendo el tiempo de trabajo del conjunto de los trabajadores en
aproximadamente un 10%.
6. Una cuestión clave es que, a diferencia de las reducciones del
tiempo de trabajo conseguidas a través de la lucha sindical, los programas de
“work sharing” implican que la reducción de las horas de trabajo supone una
reducción en los salarios. Tengamos en cuenta que no se trata de reducciones
del tiempo de trabajo derivadas de un incremento de la productividad laboral
sino de un mero objetivo de reparto de la carga de trabajo existente para
evitar despidos.
7. Ahora bien, para reducir el drástico impacto de estas reducciones
salariales, en los sistemas de “work sharing”, los gobiernos intervienen
compensando parcialmente la reducción de salarios sufrida por los trabajadores.
Esta compensación varía de un país a otro pero, habitualmente, se sitúa en el
entorno del 50 por ciento de la pérdida salarial.
8. Los programas de reparto del empleo incluyen límites de duración
de los mismos, con el fin de evitar convertir en estructurales tanto el
perjuicio generado a los trabajadores como el coste para los presupuestos
públicos.
9. Finalmente, es habitual que estos programas incluyan planes de
formación para los trabajadores afectados por la reducción del tiempo de
trabajo.