El Futuro de la Socialdemocracia
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9u4TMhFiWE1K8Dzb0wuLM4SEmsUBuDxHCx_i9s6gRVBYIKqPvUYaZgCS7t_DWH08u6XrctP0WVpghWnCVXjCv8eXmhfOKxl52zsSNJAYIYdk5_XuxS7szvOAkekew4gGGl4ujIppISp8/s320/IRUDI.png)
OBRERISMO.
UN DEBATE PASADO DE MODA
AUDIO: https://youtu.be/DeBKtnn9_hU
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/i/Umz7snuM-ohSBQ
1.
Resulta sorprendente
el interés en la utilización despectiva del término “obrerismo” como una forma
de autojustificación de los defensores de las versiones reaccionarias del
feminismo o del ecologismo.
2.
Esa
insistencia revela, por un lado, un criticable desprecio de los trabajadores
manuales. Pero también, fundamentalmente, una clara falta de argumentos para
defender posiciones que, en realidad, no son sino estrategias de manipulación
de masas de las grandes corporaciones.
3.
Estas
argumentaciones intentan cuestionar como “obreristas” las críticas a sus
posiciones posmofeministas o posmoecologistas, con la evidente intención de desacreditar
estas críticas. Lo cierto es que se trata de un debate pasado de moda hace ya
30 años.
4.
Es importante
aclarar que se trata de un debate en el que, en realidad, se confunden varias
cuestiones. Por un lado, en todo Occidente se produjo un debate lógico sobre el
papel que en el movimiento “obrero” habían tenido históricamente los
trabajadores manuales. Estos trabajadores iban siendo progresivamente
sustituidos por trabajadores intelectuales. Ello generó un interesante debate
sobre la necesidad de superar el “obrerismo”, como una forma de reconocer la nueva
realidad del conjunto de los trabajadores asalariados. Un debate lógico y que
fue gestionado de forma natural por el conjunto del movimiento “obrero”,
expresión esta última que sigue manteniéndose sin que nadie piense por ello que
se refiere exclusivamente a los trabajadores manuales.
5.
El problema
es que, en los países latinos, esta transición contaba con un específico reto
terminológico. Frente al genérico “worker” de los países anglosajones, “arbeiter”
del alemán, o “langile” o “behargin” del euskera, el término latino “obrero”, “operario”,
“ouvrier”, … está claramente limitado en su aplicación a los trabajadores
manuales. Ello llevó a una progresiva sustitución del término “obrero” por “trabajador”.
Pero el debate fue razonablemente canalizado.
6.
Sin embargo,
los que ahora atacan el “obrerismo” pretenden ilegítimamente aprovechar esta
confusión terminológica. Cuestionan que se de relevancia al papel de los “obreros”
para, con ese pretexto, cuestionar también de paso el papel de los trabajadores
asalariados en su conjunto y también, en definitiva, el de los ciudadanos. Todo
ello para defender la primacía de los movimientos feministas y ecologistas posmodernos.
Se trata de un evidente engaño basado en una trampa terminológica bastante
clara.
7.
Se da por
supuesto que los lectores van a considerar absurdo apostar en este momento por
el “obrerismo” y se presenta como única alternativa al mismo las indicadas versiones
reaccionarias del feminismo y del ecologismo.
8.
Cuestionar el
papel central de los trabajadores asalariados es absurdo en un momento en el
que ya alcanzan al 85 por ciento de la población activa y en una proporción
creciente. Pero es especialmente absurdo en el caso del País Vasco, donde los
movimientos sociales más serios y eficientes son ahora mismo, de forma clara y
rotunda, las dos vertientes clásicas del movimiento obrero: sindicatos y
cooperativas.
Otros documentos sobre EL FUTURO DE LA SOCIALDEMOCRACIA
Otros documentos de EKAI Center