INVERSIÓN, INCENTIVO Y MODELOS DE EMPRESA
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/d/LmPsR5tomOHaSw
1. Como sabemos, las inversiones productivas son el indicador más
directo del dinamismo empresarial en un sector o en un territorio. El dinamismo
económico europeo de los últimos dos siglos ha estado claramente apoyado en la
extraordinaria capacidad inversora de las empresas capitalistas. Una capacidad
directamente relacionada con el incentivo básico de maximización del beneficio
a medio plazo.
2. Sin embargo, este incentivo de maximización del beneficio funciona
de forma sensiblemente distinta en unos y otros modelos de empresa. Si
consideramos tres modelos básicos -empresa de capitales, empresas cooperativas
y empresas públicas- vemos enseguida que el incentivo inversor responde a
referencias muy distintas en cada uno de los tres modelos.
3. Esto parece evidente en el caso de las empresas públicas, pero
también lo es en las empresas cooperativas.
4. En principio, todo tipo de empresas tienen una motivación similar
para abordar las amortizaciones o la reposición de activos, con la diferencia
de que las empresas públicas pueden estar sometidas a transvases de recursos al
exterior por motivaciones distintas de los intereses de la propia empresa.
El diferencial fundamental entre las distintas modalidades empresariales
está relacionado, por lo tanto, con el respectivo incentivo para la inversión
neta.
5. El empresario propietario de una empresa de capitales, al intentar
maximizar sus resultados, no busca exclusivamente incrementar su capacidad de
consumo sino también el crecimiento de la empresa a través de la reinversión de
una parte del resultado neto. Y en esta diferenciación entre los dos destinos
del resultado es donde se reflejan las distintas posiciones de empresas
cooperativas y públicas.
6. Por supuesto, tanto las empresas cooperativas como las públicas
necesitan generar un “excedente” que les permita financiar las nuevas
inversiones. Empresas cooperativas o públicas que persigan una competitividad a
largo plazo similar a las de las empresas capitalistas deben ser capaces de
generar un excedente similar para la financiación de la inversión neta.
7. Donde se diferencian las tres formas de empresa es en el
significado de la parte “distribuida” de los resultados netos (dividendos). Este
beneficio distribuido es, a largo plazo, imprescindible en las empresas
capitalistas (con matices en las cotizadas en el mercado de valores) mientras
que no lo es en las empresas públicas o cooperativas. Como veremos, esto
significa que cooperativas y empresas públicas pueden estar interesadas en la
inversión neta con una expectativa de beneficio o excedente sensiblemente más
reducida que la de las empresas de capitales. Y éste es el origen del carácter “anticíclico”
de estas modalidades de empresa no capitalistas.
8. Veamos una referencia del peso que el beneficio distribuido tiene sobre
el beneficio neto total:
BENEFICIO DISTRIBUIDO DE LAS
SOCIEDADES NO FINANCIERAS |
FUENTE: EUROSTAT / |
9. En síntesis, el beneficio distribuido entre los propietarios
tiende a situarse entre un 40% y un 50% del beneficio neto de las empresas
europeas. Podemos considerar que éste es precisamente el beneficio que las
empresas cooperativas o públicas no necesitan generar para que sus inversiones
sean atractivas. Esto significa que empresas cooperativas y públicas pueden
estar interesadas en invertir con tasas de rentabilidad sensiblemente
inferiores a las exigidas por los inversores financieros. Esto requiere una
explicación más detenida, que exploramos más adelante, de forma diferenciada
para empresas públicas y cooperativas.
10. Por el contrario, la motivación del inversor capitalista tiende a
ser muy alta como consecuencia de la apropiación directa y personal de su
respectiva cuota del beneficio generado. La conjunción de estas dos variables -gran
incentivo personal del inversor capitalista por un lado y necesidad de
beneficios más altos por el otro- y su respectiva aplicación al contexto económico
actual, resultan esenciales para determinar el futuro respectivo de las
distintas modalidades de propiedad de la empresa.