CRISIS CON CRECIMIENTO
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1.
La
consideración del período neoliberal como un período de crisis pone a prueba el
propio concepto de crisis económica. Es evidente que Europa se encuentra ante
una crisis de carácter histórico, en la medida en que, en sólo un par de
generaciones, Europa se enfrenta a la pérdida del liderazgo económico que ha
mantenido durante siglos.
2.
Pero el
concepto de crisis económica parece que requiere un análisis más detallado para
su aplicación a la evolución de la economía europea de las últimas décadas.
3.
Si
interpretamos el concepto de crisis económica en sentido estricto, no es fácil
de aplicar a lo sucedido en Europa desde los años 70. Aunque el crecimiento del
PIB per capita fue sensiblemente más reducido que el del período de posguerra,
el PIB y la productividad por hora crecieron en el conjunto de este período a
ritmos comparables con etapas anteriores del capitalismo:
PRODUCTIVIDAD POR HORA TRABAJADA PAÍSES CLAVE DE EUROPA
OCCIDENTAL 1970-2017 |
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4. Durante este período se han producido diversas “crisis” en sentido
estricto, con sus respectivas recesiones, comenzando por la crisis del petróleo
de 1973 hasta la crisis financiera de 2008 y la actual del COVID-19. Sin
embargo, un período como el de los últimos 50 años en el que –en su conjunto- aumenta
la producción per capita no encaja literalmente en el sentido tradicional de “crisis
económica”.
5. Para entender el significado del concepto de “crisis” aplicado a
estas décadas tenemos que ir más allá de la interpretación literal de la
evolución del PIB per capita. Porque es indiscutible, por los datos y por la
evidencia práctica, que Europa ha incrementado su productividad desde los años
70 y ha crecido de modo irregular pero progresivo.
6. No obstante, la valoración de esta fase es distinta si
distinguimos el crecimiento real de lo que podemos denominar crecimiento “orgánico”.
El PIB per capita puede aumentar porque el sistema productivo tiene esa
capacidad de generar crecimiento por sí mismo, o puede aumentar –o disminuir- a
través de impulsos exógenos.
7. Un país puede disponer de una gran capacidad productiva cuyo
impacto sobre el crecimiento se vea mermado por un repentino bloqueo externo,
una guerra, una epidemia o por un proceso de desapalancamiento financiero. A la
inversa, una limitada capacidad productiva interna puede transformarse en
crecimientos importantes como consecuencia de la coyuntura internacional o, por
ejemplo, gracias a la elevación del nivel de deuda.
8. La experiencia del neoliberalismo nos revela que Europa –como Estados
Unidos- ha intentado a toda costa recuperar capacidad productiva e inversora a
través de medidas en cierta forma clásicas, como la reducción de impuestos y
salarios o la búsqueda de nuevos mercados. Y, sin embargo, los niveles de
inversión productiva han sido desalentadores.
9. Pero es, sin duda, el constante crecimiento del endeudamiento el
motor más llamativo del crecimiento de este período. Han existido períodos de
sobre-endeudamiento a todo lo largo de la evolución del capitalismo, pero no
períodos tan largos en los que la deuda acumulada crece de forma incesante y
con tal dimensión. El crecimiento europeo de todos estos años ha estado “artificialmente”
inducido por la elevación de la deuda.
10. Ahora bien, el que el
crecimiento de estas décadas se haya basado en el constante incremento del
sobre-endeudamiento no significa que no haya existido crecimiento. Significan
que la economía europea no ha sabido crecer sin ese constante incremento de la relación
entre la deuda y el PIB.
11. El significado práctico de esta distinción depende del resultado
final de la misma. Sabemos que, de una u otra forma, el proceso de
desapalancamiento financiero de Europa se producirá. El impacto real de este
proceso puede ser, como veremos, un largo período de estancamiento –como ha
sucedido en Japón-. O una quita generalizada con un impacto contenido y
facilitado por la actual conversión progresiva de la deuda privada en deuda pública.