SEPARAR ANÁLISIS Y ESTRATEGIA POLÍTICA
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1.
La actual
configuración política europea obliga a los grupos políticos a situar los
resultados electorales por encima de cualquier otro objetivo. Un análisis serio
de la realidad nos obliga a tener en cuenta este hecho a la hora de delimitar
el papel que el análisis económico puede o debe tener en la socialdemocracia.
2.
El análisis
económico socialdemócrata, partiendo de la mayor cercanía posible a la realidad
objetiva, interpreta la misma y las propuestas de avance en el desarrollo económico
y social en función de los intereses de los trabajadores asalariados que, como
sabemos, son –en este momento- prácticamente equivalentes al interés general de
los ciudadanos.
3.
Sin embargo,
esta función de análisis sólo hasta cierto punto es interesante para la acción
de los grupos políticos socialdemócratas. El contexto real actual –económico,
sociológico y, especialmente, mediático- en Europa, con frecuencia no permite a
estos grupos posicionarse y actuar en función de la lógica del análisis económico.
Lamentablemente, en pocas ocasiones la socialdemocracia puede actuar en función
de lo que realmente piensa sobre los intereses de los ciudadanos y se ve
obligada a modificar su diagnóstico y su estrategia en la medida necesaria para
asegurar buenos resultados tanto a efectos de la captación de afiliados como,
fundamentalmente, de los resultados electorales.
4.
Nos guste o
no, ésta es una realidad que deben tener en cuenta tanto los analistas como los
responsables políticos de la socialdemocracia. La honradez intelectual en la
constatación de esta inevitable dicotomía es esencial para evitar cometer
graves errores estratégicos.
5.
El primer
error sería, por parte de los analistas, el de intentar imponer a los responsables
políticos conclusiones del análisis económico o social que sean electoralmente
dañinas. Es necesario comprender que el ámbito del análisis y la investigación
y el ámbito de las estrategias políticas y electorales son dos ámbitos
claramente diferenciados. Los analistas deben respetar esta diferenciación y evitar
exigir a los gestores políticos que actúen consecuentemente con los resultados
del análisis.
6.
A la inversa,
los gestores políticos deben respetar el espacio propio del análisis socioeconómico,
sin que ello implique someterse al mismo cuando sus conclusiones son
electoralmente negativas. Deben evitar la tentación habitual de obligar artificialmente
al análisis económico a validar técnica o científicamente los posicionamientos
políticos.
7.
Los analistas
socialdemócratas deben ser estrictos en el análisis objetivo de la realidad social
y económica y deben poner sus conclusiones en manos de los responsables políticos,
siendo a la vez conscientes de que los responsables políticos no tienen por qué
actuar de forma coherente con los mismos, en la medida en que sean
contradictorios con los intereses electorales.
8.
Los responsables políticos socialdemócratas no
sólo deben respetar sino fomentar el trabajo de los analistas socioeconómicos,
sin sentirse como consecuencia de ello obligados a aplicar sus conclusiones.
9.
Por supuesto,
la socialdemocracia debe trabajar en una continua labor de profundización
democrática de Europa. En la medida en que esta profundización avance, los
procesos electorales y políticos en general estarán crecientemente relacionados
con los intereses generales de los ciudadanos y esto acercará notablemente los
objetivos del análisis socioeconómico socialdemócrata y de los responsables políticos
de este movimiento. Pero la realidad actual es como es.
El Futuro de la Socialdemocracia
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