COVID-19, DESTRUCCIÓN CREATIVA Y DETRACCIÓN DE RECURSOS
TEXTO (PDF): https://yadi.sk/d/DISW9f8zZqV93A
1.
Si el
proyecto corporativo “Gran Reinicio” considera la pandemia COVID-19 como una
oportunidad histórica para sustituir el modelo neoliberal, ello se debe a que,
desde la perspectiva de las grandes corporaciones, se trata de un contexto
ideal para resolver retos estructurales del sistema a través de dos mecanismos
básicos:
a)
La destrucción
creativa, como instrumento básico de sustitución de unas empresas y sectores
por otros
b)
La
transferencia de recursos de los ciudadanos, a través de medidas de austeridad
o de inflación.
2.
X
3.
Tanto la
destrucción creativa como la transferencia de recursos son los dos hilos
conductores básicos entre el proyecto corporativo “Gran Reinicio” y la
necesidad de un marco político autoritario, sometido de forma más directa a los
intereses de las grandes corporaciones.
4.
La transferencia
de recursos de los ciudadanos tiene como objetivo, por un lado, hacer frente a
la histórica e insostenible acumulación de deuda generada durante las décadas del
período neoliberal. Por otro lado, se trata de reducir los costes del estado de
bienestar construido durante la posguerra con el fin de dar un mayor margen a
la reactivación de una inversión productiva languideciente a través de mayores
márgenes de beneficio empresarial.
5.
Ya sabemos
que en la destrucción creativa podemos distinguir dos versiones, una de carácter
más endógeno, analizada por Schumpeter y otra de carácter más exógeno,
analizada por Sombart[1] o por
Marx. En realidad, ambas versiones se han venido desarrollando históricamente a
todo lo largo del período neoliberal, de forma más o menos continuada. Incluso
fuera del ámbito bélico, podemos considerar como procesos de este tipo de carácter
exógeno, por ejemplo, la destrucción del tejido productivo ruso en la década de
los 90 o la amortización de la gran industria española a raíz de su incorporación
a la actual Unión Europea. En ambos casos, se trató de procesos políticamente
inducidos y destinados a permitir la expansión de las grandes corporaciones
internacionales en esos países.
6.
Lo que parece
caracterizar el período actual es, fundamentalmente, que no se trata de una
destrucción creativa de expansión “hacia otros territorios” sino de carácter
geográficamente interno, algo que –en parte- sucedió también en la Rusia de los
años 90. La razón es probablemente que las habituales estrategias de expansión comercial
a través de mercados coloniales o guerras son difícilmente aplicables en el
momento actual. Fundamentalmente como consecuencia del equilibrio geopolítico
generado por la emergencia de China y Rusia como poderes alternativos, que
hacen imposible en este momento ese tipo de aventuras expansionistas. Esta
situación obliga a que las necesidades de expansión de la gran empresa
occidental se canalicen internamente, dentro del propio Occidente. La única
posibilidad de que ello tenga éxito radica en que las grandes corporaciones se
hagan con espacios comerciales de las empresas pequeñas y medianas. Ésta es la
estrategia que, dentro del ámbito de la destrucción creativa, propone el
proyecto Gran Reinicio.
7.
En síntesis,
nos encontramos ante una estrategia de aceleración de los procesos de
transferencia de recursos y de mercados hacia las grandes corporaciones. Junto
a las medidas de austeridad y la inflación, que detraerán recursos de las
economías familiares, muchas pequeñas y medianas empresas deberán cerrar o verán
reducido su espacio de mercado. Complementariamente, los gobiernos deberán
realizar aportaciones sustanciales para los beneficios de las grandes empresas
a través de la financiación de proyectos empresariales de las mismas, en el
marco de las ayudas europeas para la reactivación, las ayudas a las energías
renovables y, quizás, también las posibles ayudas a las inversiones en energía
nuclear.
8.
La vinculación
entre estas estrategias y la necesidad de políticas autoritarias está muy
relacionada con la velocidad a la que estos cambios se intenten hacer
efectivos. En este momento, el estallido del proceso inflacionario parece ser
un claro indicador de la necesidad de acelerar urgentemente los cambios
estructurales en distintos sectores. Esta aceleración puede generar serias
resistencias entre ciudadanos, autónomos y pequeñas y medianas empresas,
resistencias que requerirán un significativo control por parte de los gobiernos
occidentales.
9.
Esto no
quiere decir, por supuesto, que estos procesos de destrucción creativa y
transferencia de recursos respondan exclusivamente a una lógica de economía política.
Las plataformas de Internet, por ejemplo, tienen capacidad de aportar claras
mejoras de eficiencias a sectores como la distribución, el entretenimiento o la
difusión cultural. Pero la acción política –a través del contexto COVID-19- está
siendo imprescindible para acelerar estos procesos al ritmo necesario y darles
la dimensión deseada. La necesidad de políticas autoritarias está, lógicamente,
relacionada con la previsión de que ciudadanos, autónomos y pymes reaccionen de
forma más o menos activa o agresiva frente a estos movimientos de gobiernos y
grandes corporaciones.
“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo
modelo”
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