1.
Aunque parezca
una evidencia, el punto de partida del análisis del proceso de emancipación de
la mujer es la consideración de que mujeres y hombres, en cuanto seres humanos,
deben situarse en una posición de igualdad de derechos y obligaciones.
2.
Esta igualdad,
interpretada en el sentido de los derechos fundamentales, debe interpretarse
como equidad en el tratamiento ante circunstancias objetivas equivalentes.
3.
El concepto
de igualdad tiene una doble vertiente:
-
Igualdad de
derechos y obligaciones, en los términos indicados
-
Igualdad de
oportunidades
4.
En este
sentido, el proceso de emancipación de la mujer supone el avance hacia una
situación de igualdad en derechos, obligaciones y oportunidades, en el sentido
indicado.
5.
Hay un
sentimiento generalizado de que este proceso ha avanzado significativamente
durante las últimas generaciones, pero también de que existen aún importantes
retos pendientes.
6.
Ante esta
situación, es necesario en primer lugar identificar correctamente los retos
pendientes con el fin de analizar los pasos a dar y las propuestas a efectuar
al respecto.
7.
En esta
identificación es importante evitar dar un tratamiento equivalente a cuestiones
de distinto nivel de importancia. Para ello, es fundamental distinguir entre
los retos y problemas reales del proceso de emancipación de la mujer por un
lado y aquellos que tienen una importancia meramente simbólica o estética. En
conjunto, deberíamos distinguir correctamente:
A.
Retos de carácter
sustancial
B.
Retos de
segundo nivel de relevancia
C.
Retos de
significación meramente simbólica
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