EL COLAPSO ES UNA DECISIÓN POLÍTICA
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1. La
situación “insostenible” del modelo de desarrollo europeo y occidental no es
nueva. El sobre-endeudamiento y el riesgo financiero se ha ido acumulando a lo
largo de las 4 décadas de neoliberalismo y es el detonante de la crisis
financiera de 2008. Sin embargo, por muy duro que fuese el impacto de esa
crisis, ni siquiera entonces el modelo llego a “colapsar”. Esto es, el nivel de
endeudamiento y riesgo se contuvieron temporalmente pero no se redujeron. Esto
hizo posible que los efectos de la crisis fueran, sin duda, más moderados de lo
que hubieran sido si se hubiera procedido al estallido de la burbuja financiera
y al desapalancamiento global de la economía.
2. La
cuestión es por qué podemos o debemos pensar que ese colapso o estallido de la
burbuja puede producirse ahora. La respuesta debe situarse en el ámbito de la
economía política y, más en concreto, de las decisiones políticas.
3. En
teoría, el estallido definitivo puede producirse de forma “natural” por el
colapso de una u otra de las burbujas especulativas o de deuda existentes en
nuestra economía. Pero esto tiene poco que ver con el contexto en el que nos
movemos actualmente.
4. Si
el colapso total de la burbuja financiera no se produjo en la crisis de 2008,
ello se debió a la masiva utilización de la expansión monetaria como
instrumento precisamente destinado a evitar el desapalancamiento de la economía.
A partir de entonces, Europa y Estados Unidos han aprendido a utilizar los
bancos centrales como el instrumento clave para retrasar una y otra vez el
estallido de la burbuja.
5. Por
supuesto, esto no puede durar indefinidamente. La expansión monetaria es cada
vez menos eficaz y, al contrario, resuelve cualquier problema de corto plazo
haciendo más graves los problemas de fondo. El período transcurrido entre 2013
y 2019 ha demostrado la incapacidad de nuestra economía de resolver el problema
de forma progresiva a través del crecimiento económico.
6. Esto
significa que, en este contexto, la previsión sobre el momento en el que la
burbuja estallará es, fundamentalmente, una cuestión de economía política. Se
trata de prever cuándo las élites corporativas occidentales decidirán provocar
el colapso y abordar el desapalancamiento financiero. Con toda seguridad, comenzando
por un conjunto de medidas de política monetaria.
7. Las
grandes corporaciones occidentales –que controlan, de hecho, nuestra política
económica- tienen dos opciones básicas:
a) Retrasar
el problema todo lo posible, hasta que el sistema estalle por sí mismo
b) Optar
por una “voladura controlada” de la burbuja financiera
8. Ésta última parece ser la opción elegida a través del Gran
Reinicio y aprovechando el contexto creado por la pandemia COVID-19, tal como
expresamente se ha reconocido desde el Foro Económico Mundial. Un contexto
adecuado para la “voladura controlada” de la burbuja financiera por dos motivos
básicos:
a) Porque la crisis COVID-19 va a permitir justificar medidas de
desapalancamiento atribuyendo su responsabilidad a la pandemia o, al menos,
diluyendo esta responsabilidad entre la pandemia y los problemas estructurales
del modelo económico.
b) Porque el proceso de desapalancamiento precisará medidas económicas
durísimas y, con ellas, el riesgo de un estallido social.
9. La pandemia está creando el entorno adecuado para la adopción
de medidas de restricción social, ciudadana, mediática y política que serían
impensables en otro contexto y que son imprescindibles para contener ese
previsible estallido social.
10. Si esto es así, y todo
parece indicar que lo es, la “voladura controlada” del sistema debe producirse
mientras dure la crisis provocada por la pandemia. Y, antes de dicha voladura,
deben adoptarse las medidas de restricción ciudadana necesarias para evitar el
colapso social y político de Europa cuando el proceso de desapalancamiento se
ponga en marcha.
“EL FUTURO DE EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
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