El Futuro del Modelo de Desarrollo Europeo LA REDUCCIÓN DEL CONSUMO COMO ESTRATEGIA PARA EL DESAPALANCAMIENTO
LA REDUCCIÓN DEL CONSUMO COMO ESTRATEGIA PARA EL DESAPALANCAMIENTO
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1.
Junto a la drástica
restricción de las libertades civiles (lo que se está denominando como “dictadura
corporativa”), todo parece indicar que la restricción del consumo de los
ciudadanos puede ser una estrategia esencial a la hora de abordar la
reestructuración financiera o desapalancamiento de la economía europea durante
los próximos años.
2.
La razón de
la importancia estratégica de esta reducción del consumo es sencilla:
ciudadanos con niveles más bajos de consumo serán menos beligerantes frente a
las requisas de rentas y activos necesarias para abordar el proceso de
desapalancamiento y que, previsiblemente, afectarán a depósitos bancarios,
pensiones privadas y públicas y salarios reales.
3.
La drástica
reducción de la capacidad de gasto de las familias tendrá un impacto social y
político impresionante, que es la preocupación fundamental de las grandes
corporaciones a la hora de abordar este proceso.
4.
De ahí la
importancia que la reducción de los niveles de consumo tiene para que el
impacto real “percibido” del desapalancamiento sobre la calidad de vida de los
ciudadanos europeos sea más fácilmente asumible.
5.
Dos vías de
actuación se están desarrollando en esta dirección[1]:
a)
La gestión de
la pandemia COVID-19
b)
El pánico
climático
6.
La
pandemia COVID-19 ha tenido un impacto evidente a corto plazo sobre el gasto de
los ciudadanos europeos en bienes y servicios como ocio, hostelería y turismo. Pero
también está teniendo impactos de medio y largo plazo en sectores como turismo
o transporte. De hecho, las costumbres de los europeos ya han cambiado como
consecuencia de la pandemia, reduciendo significativamente las expectativas de
gasto en turismo u hostelería.
7.
El
pánico climático puede tener un considerable impacto en la reducción del
consumo. Distintas vías de actuación se están desarrollando al respecto[2]:
a)
Reducción
del gasto en alimentación (campañas contra el consumo de carne, introducción de
nuevos alimentos de baja calidad[3],
…)
b)
Reducción
del gasto en transporte
c)
Reducción
del gasto en energía (energías menos eficientes, precios más altos)
8.
La
reducción del gasto en energía está siendo objeto de una especial atención:
“la
reducción del consumo es esencial para que disminuyan tanto las emisiones como
los costes de la energía para los consumidores y la industria. La Comisión
propone aumentar los objetivos de eficiencia energética a escala de la UE y
hacer que sean obligatorios, a fin de lograr una reducción total de entre el 36
y el 39 % del consumo de energía primaria y final de aquí a 2030”[4]
9.
Por
supuesto, a la hora de poner en marcha estos movimientos de contención o
reducción del consumo, tiene un particular interés la identificación de los
sectores empresariales que se ven negativamente afectados por los mismos. Con
carácter general, comprobamos que los sectores controlados por las grandes
multinacionales no sólo no se ven afectados por estas reducciones de los niveles
de gasto familiar sino que, al contrario, tienden a expandirse a costa de otros
sectores empresariales.
10.
De
cualquier forma, el factor tiempo es esencial para que esta estrategia de
reducción del consumo familiar tenga éxito por sí misma a la hora de evitar el
estallido social como consecuencia del proceso de desapalancamiento. Las
medidas de control social (pase COVID, identidad digital, desaparición del
dinero físico, …) -y, probablemente, el establecimiento a través de ellas de
una “dictadura corporativa”-, pueden ser inevitables.
“EL FUTURO DE
EUROPA. Bases para un nuevo modelo”
Otros
documentos de EKAI Center
ENTIDADES
COLABORADORAS:
[1] Una tercera vía, de proyección a largo plazo, es el hundimiento demográfico,
que ya ha sido utilizado durante todo el período neoliberal para reducir las
necesidades básicas de consumo por trabajador. Como media, un salario soportaba
el consumo de 5 personas en los años 60 y sólo de 1,6 en la actualidad).
[2] V. “Objetivo 55”: cumplimiento
del objetivo climático de la UE para 2030 en el camino hacia la neutralidad
climática. COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN COM (2021) 550.
En este documento se alude de forma expresa y repetida a los “derechos de emisión”
como instrumento para la reducción del consumo en el sector de la aviación y su
ampliación “a nuevos sectores en los que
hasta ahora no se han reducido las emisiones”, como el transporte marítimo
y por carretera y el gasto energético en los edificios.
[3] “Siete medidas propuestas en
Europa y otros países para reducir el consumo de carne (aunque ya esté cayendo)”.
eldiario.es 8 de julio de 2021. https://www.eldiario.es/economia/siete-medidas-propuestas-europa-paises-reducir-consumo-carne-cayendo_1_8116108.html
Todavía resulta increíble y, sin embargo:
Estrategia «de la granja a la mesa» para
un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente COM(2020)
381 COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO, AL
CONSEJO, AL
COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO Y AL COMITÉ DE LAS REGIONES:
“En relación con Horizonte Europa … un
ámbito de investigación clave estará relacionado con el microbioma, los
alimentos procedentes de los océanos y los sistemas alimentarios urbanos, así
como con el aumento de la disponibilidad y el abastecimiento de proteínas
alternativas, como las proteínas vegetales, microbianas, marinas y basadas
en insectos, y los sustitutos de la carne”.
“La
UE autoriza por primera vez el consumo como alimento de un insecto”. Europa Press. 4 de mayo de 2021. https://www.europapress.es/economia/noticia-ue-autoriza-primera-vez-consumo-alimento-insecto-20210504134104.html
PINO CEBRIAN, M. “Por qué todavía no
comemos insectos: marco legal en la Unión Europea”. Revista de Bioética y
Derecho. Barcelona 2018
[4] V. Propuesta de DIRECTIVA DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO relativa
a la eficiencia energética COM(2021) 558:
“para alcanzar el objetivo de emisiones
de GEI de la manera más rentable, el consumo de energía final y primaria debía
disminuir, como mínimo, en un 36-37 % y un 39-41 %, respectivamente”
“el nivel de ambición de los
objetivos de la Unión no afecta al nivel real de esfuerzos que resulta
necesario y corresponde a una reducción del 36 % en el caso del consumo de
energía final y del 39 % en el caso del consumo de energía primaria en
comparación con las previsiones de la hipótesis de referencia de 2007 para 2030”.